¿Cuál será el futuro de la imaginación en lo que suele llamarse la «civilización de la imagen»? El poder de evocar imágenes en ausencia ¿seguirá desarrollándose en una humanidad cada vez más inundada por el diluvio de imágenes prefabricadas?
Italo Calvino
I. El capitalismo pornográfico
Las siguientes palabras resultan solamente un intento de comprensión y debate sobre el algunos tópicos específicos que se pueden observar en la realidad cotidiana de los trabajadores/as en la actualidad en Argentina. Para ello utilizaré como concepto central la idea que (por carencia de una mejor) he llamado Capitalismo pornográfico; cuyas tónicas fundamentales son la obscenidad, la constante generación de deseos insatisfechos y la simulación de placer ubicuo y siempre a la mano.
Este escrito es más un intento, un tanto desesperado, de comprender la inmovilidad, el conservadurismo y el quietismo que demuestran grandes capas de la sociedad nacional frente a la realidad de miseria, odio y represión impuesta y fomentada por los poderes reinantes. Las posibles réplicas que remontan diversos momentos en la historia donde los grados y formas de represión fueron más sistemáticas, crueles y directas son aceptadas, sin embargo estamos en presencia de una modalidad renovada de dominación que desconocemos su alcance y que por su cotidianeidad se torna invisible como las calles de Fervor de Buenos Aires.
Para poder desarrollar las ideas sistemática y comprensiblemente comenzaré por delimitar al Capitalismo pornográfico y sus particularidades, para desde allí, abocarme a las conclusiones en la praxis cotidiana de los/as trabajadores/as. Utilizo el concepto Trabajador/a en su forma más genérica y universal posible, ya que no es aquí el lugar para discutir su completa y correcta definición. 1 La universalización de los conceptos, deseos, gustos, ideas y esperanzas de las clases dominantes es una de las marcas típicas de la modernidad capitalista. Sus sueños fueron soñados por todas las clases desposeídas desde sus inicios, no obstante, se ha operado una modificación a partir de lo que Erich Fromm llamó «La caída de La Gran Promesa» Fromm, E. (2005) ¿Tener o ser?, Bs. As., Argentina: Fondo de Cultura Económica. 2 que se produjo desde el primer tercio de la década de 1970.
Sobre la base de la administración de la escasez el círculo que agrupa a aquellos que tendrán las posibilidades de satisfacer sus necesidades materiales e intelectuales se cierne con mayor rigor, excluyendo del sueño capitalista a un número muy amplio de la población. Harvey, D. (2007) Breve historia del neoliberalismo, Madrid, España: Akal. 3 Esto condujo a la reconfiguración de los métodos de control hegemónico sobre aquellos sectores de los nuevos condenados de la tierra.
Las capacidades esquizoides del capitalismo han sido trabajadas en profundidad, pero su insistencia en unir los polos opuestos de la destrucción social tomó un cariz de obscenidad inaudito. Junto a los contenedores de basura donde habitualmente se juntan familias en busca de alimentos se puede observar una gigantesca publicidad donde el objeto del deseo es una hamburguesa chorreante de materia grasa. Paso por alto el hecho desconcertante de que quien promociona dicho alimento tan poco saludable es un deportista de alto rendimiento que evidentemente su dieta diaria no consta de varias hamburguesas con panceta. 4 En una primera instancia podría comprender que la finalidad de dicha publicidad está dirigida en generar un deseo en el mayor público posible y empatizar con la figura del guardameta adorado por las multitudes; sin embargo en una segunda lectura, los que se busca es un efecto mediante un medio pornográfico. La mezcla de miseria y abundancia a la que nos acostumbra el capitalismo toca sus puntos de mayor altitud, pero no obstante, las problemáticas que estas oposiciones plantean son de mayor profundidad y complejidad. En una primera instancia se podría comprender que la finalidad de dicha publicidad está dirigida en generar un deseo en el mayor público posible mediante la empatía con la figura del guardameta adorado por las multitudes resaltando un producto alimenticio ciclópeo cuando millones solo consiguen migajas; sin embargo una segunda lectura podría iluminar que lo que busca esa imagen es un efecto mediante un medio que se podría considerar pornográfico.
Con la imposición de las telecomunicaciones y las redes como factores de socialización, la inmediatez y la dislocación espacial se transformaron en una de sus consecuencias más evidentes. La capacidad de irrumpir en cualquier lugar y en cualquier momento da al capitalismo contemporáneo la única posibilidad de poder intervenir en cualquier momento de la vida cotidiana. Sus preceptos, sus mercancías, sus sueños están al alcance de la mano en todo lugar. La mercantilización de la sexualidad es uno de sus caballos de batalla predilectos, en cualquier red social circulan enormes cantidades de elementos con contenidos sexuales, que al igual que la publicidad, tienen ahora posibilidad de irrumpir en cualquier situación.
Tanto uno como la otra, la mercantilización de la sexualidad y la libidinización de la mercancías, buscan la generación de un deseo de satisfacción inmediata. La habilidades futbolísticas se adosan a las papas fritas, por lo tanto la ingesta de cantidades desmesuradas de sodio y grasas cumplirían una múltiple función en torno a la satisfacción de deseos. La exposición obscena del objeto a desear solo busca una inmediata respuesta. No obstante, por las características propias del objeto pornográfico, nunca se llega a satisfacer del todo; por un lado, porque la irrupción y fuerza con que aparece el deseo nunca puede ser respondido del todo por una acto consciente y planificado, y por el otro, el quantum de energía generado nunca será satisfecho en su totalidad. La consecuencia clásica es el depósito de frustraciones que no pueden ser resultas debido a la incapacidad de satisfacer totalmente el deseo generado. Nunca las hamburguesas, las gaseosas, las cervezas serán igual a las que puedan conseguir aquellos afortunados que puedan adquirirlas. La frustración no escapa ni a los que quedan por fuera del círculo de consumo ni a aquellos que se encuentran dentro.
Frente a estas acotaciones sociales puede aducirse que ese tipo de «estrategias comerciales» siempre han existido, sin embargo la posibilidad de irrupción y bombardeo en todo ámbito y tiempo los vuelve completamente nuevos; ya no es una táctica de venta, sino el moldeo de las subjetividades típico del capitalismo contemporáneo.
II. Plusvalía de placer
Bajo la premisa principal de generar trabajadores que vivan en la constante incertidumbre de no poseer un puesto fijo con un salario estimado, que desarrollen sus labores sin duración temporal fija, que dichas labores posean el mínimo de educación y no entreguen ningún tipo de desarrollo, que sus prácticas no se encuentren protegidas y/o encuadradas bajo ningún sindicato, y por sobre todas las cosas, que comprenden y vivencien que el don del trabajo no es para toda la sociedad; el capitalismo contemporáneo se vio en la necesidad de reconfigurar los principios culturales que buscaba inculcar en los trabajadores de América Latina.
Una de las principales acciones acometidas fue fomentar el espíritu emprendedor que niega en una virtual confusión la dependencia y hace aparecer una ilusoria libertad que se verifica solo en su faz negativa. Tanto Kramer y Sprenger en su Malleus maleficarum como Sepúlveda en Demócrates segundo teorizaron en los inicios de la modernidad que la libertad solo puede ser comprendida allí donde se quebrantan las normas y por ello son merecedores de castigo quienes carguen con la culpabilidad de estos actos; así las brujas y los pueblos originarios son, paradójicamente, los que expresan mayormente su libertad, y por ello los que deben recibir el martillo del peor de los castigos. Esta es la fundación del concepto de libertad para la Modernidad capitalista. 5 De forma conjunta a este espíritu (siempre existente en el capitalismo, pero hoy mundializado y extendido a toda la humanidad) fue gestándose una promesa, que no tiene los alcenses de La Gran Promesa, pero que desde su pequeño marco prometió trastocar todos los aspectos de la vida. De esta forma los enemigos a batir fueron el tedio, el cansancio, la rutina, la previsibilidad; la forma no fue la humanización de los trabajos y los días, Tomás Moro sostenía que uno de los principios de organización del trabajo en Utopía era la rotación de labores y la segmentación temporal, de esta forma se generaba un pueblo capaz de desenvolverse en distintos ámbitos laborales, se evitaba la fatiga y se cultivaba tanto el cuerpo como el espíritu y el intelecto a nivel social e individual. 6 sino la creación de una suerte de plusvalía del placer que se hace presente en toda labor y que debe ser apropiada por los/as trabajadores. Cada instante de la vida que requiera ser organizado, creado o solucionado debe poseer una compensación mayor a la finalidad misma que presentan dichos trabajos, de esta forma cocinar, reparar una gotera, estudiar o hacer ejercicios físicos no son solo saludables, recomendables, necesarios, sino que deben ser, por sobre todas las cosas, divertidos, placenteros, estimulantes. Lo importante de la conclusión de estos actos es que la bolsa ficticia de satisfacciones se encuentre llena al final del día.
La sobreestimulación en la búsqueda de pequeños placeres en todo tiempo y lugar creada por la irrupción de las tecnologías encuentra su realización en la apropiación de esta ficticia plusvalía del placer, no obstante, como ya he mencionado con anterioridad, la satisfacción de estos deseos melifluos nunca puede ser completa, por lo tanto se genera a la par un cúmulo de frustraciones que no consiguen su canalización exacta junto con la constante renovación de la búsqueda de satisfacción instantánea. Wilhelm Reich postula en La función del orgasmo que el cúmulo de frustraciones provenientes de las constantes insatisfacciones genera una coraza caracterológica que deshumaniza y desensibiliza a la vez. Ver Reich, W. (2010). La función del orgasmo, Madrid, España: Paidós. 7
De forma concomitante se desenvuelve en los espíritus de los trabajadores y en toda lógica de organización social una obligación de que todo aspecto de la vida esté moldeado bajo este principio de búsqueda incesante de placer inmediato, de esta forma se estructura un imperativo del goce que reclama su satisfacción universal. Las instituciones educativas, laborales, sociales, deportivas, etc., no solo tienen la misión de ofrecer la finalidad esperable gracias a las cuales deben su existencia, la educación, la sociabilización, las prácticas deportivas, artísticas, sino que deben cumplir con la premisa primordial de satisfacer, divertir, narcotizar.
Bajo esta lógica, la función, las expectativas, las actividades y la organización de las diversas instituciones quedan trastocadas y sus cimientos socavados. El imperativo del goce domina con mano de hierro la vida institucional y los deseos individuales: impuesto por los opresores y reclamado por los oprimidos, logra estructurar la vida cotidiana y, a su vez, esconder su propio rastro en la búsqueda de satisfacciones constantes, tal como los bovinos robados por Hermes.
Así se fue moldeando a los sectores trabajadores bajo una múltiple dependencia que abarca la consabida opresión material, la imposición de normas culturales, principios éticos y valores; y además, la generación de deseos y la elucidación de los materiales necesarios para satisfacerlos. Posiblemente este matiz novedoso en la creación de una hegemonía cultural sirva para debatir y repensar lazos de opresión y los altísimos niveles de aceptación de la miseria y la destrucción que demuestran día a día amplios sectores de la sociedad.
Notas:
- Utilizo el concepto Trabajador/a en su forma más genérica y universal posible, ya que no es aquí el lugar para discutir su completa y correcta definición.
- Fromm, E. (2005) ¿Tener o ser?, Bs. As., Argentina: Fondo de Cultura Económica.
- Harvey, D. (2007) Breve historia del neoliberalismo, Madrid, España: Akal.
- Paso por alto el hecho desconcertante de que quien promociona dicho alimento tan poco saludable es un deportista de alto rendimiento que evidentemente su dieta diaria no consta de varias hamburguesas con panceta.
- Tanto Kramer y Sprenger en su Malleus maleficarum como Sepúlveda en Demócrates segundo teorizaron en los inicios de la modernidad que la libertad solo puede ser comprendida allí donde se quebrantan las normas y por ello son merecedores de castigo quienes carguen con la culpabilidad de estos actos; así las brujas y los pueblos originarios son, paradójicamente, los que expresan mayormente su libertad, y por ello los que deben recibir el martillo del peor de los castigos. Esta es la fundación del concepto de libertad para la Modernidad capitalista.
- Tomás Moro sostenía que uno de los principios de organización del trabajo en Utopía era la rotación de labores y la segmentación temporal, de esta forma se generaba un pueblo capaz de desenvolverse en distintos ámbitos laborales, se evitaba la fatiga y se cultivaba tanto el cuerpo como el espíritu y el intelecto a nivel social e individual.
- Wilhelm Reich postula en La función del orgasmo que el cúmulo de frustraciones provenientes de las constantes insatisfacciones genera una coraza caracterológica que deshumaniza y desensibiliza a la vez. Ver Reich, W. (2010). La función del orgasmo, Madrid, España: Paidós.