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Entrevista a Ediciones Edithor

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POLÍTICA

Entrevista a Ediciones Edithor

27/06/2025
9 min.

Artículo liberado del «Número 2 de PARA LA VOZ: El materialismo militante de Lenin e Iliénkov».

Edithor es una editorial nacida en Ecuador en 2003, hace ya más de 20 años, especializada en la traducción y publicación de textos marxistas. Podría considerarse que sois los pioneros en la traducción y difusión de autores soviéticos tan relevantes como Évald Iliénkov o Mijaíl Lifschitz en el mundo hispanohablante. Es un placer poder contar con vosotros para el Número 2 de Para la voz.

Contadnos, ¿cómo surge la idea de crear una editorial marxista y cómo fue aquel proceso de creación y puesta en marcha del proyecto?

Las sanguinarias dictaduras de los años 70 y 80 llevaron a la desaparición de importantes editoriales que jugaron un rol fundamental en la difusión del marxismo en América Latina como Quimantú de Chile, Editorial Cartago o Ciencias del Hombre en Argentina, y Pueblos Unidos en Uruguay. La derrota del proletariado soviético en 1991 implicó la desaparición de la Editorial Progreso y, posteriormente, cesan su actividad las editoriales Era y Grijalbo. Las editoriales que sobreviven como Akal y Siglo XXI reorientan su actividad y, si bien mantienen parte de su catálogo, los clásicos del marxismo pasan a un segundo plano. Por ello, se vio la necesidad de compensar esta carencia con un proyecto dirigido a las necesidades de los militantes revolucionarios y la clase trabajadora. En un inicio la editorial estaba orientada exclusivamente al público en Ecuador y no existían pretensiones de llegar a otros países, esa internacionalización se dio casi diez años después y de modo involuntario. Previamente teníamos experiencia en la edición e impresión de materiales que aprovechamos en la publicación de nuestras primeras ediciones: El método materialista de Paul Lafargue, El ciclo histórico del capitalismo de Amadeo Bordiga, El cuerpo teórico del marxismo de Rafael Pla León, la compilación Civilización, ciencia y lucha de clases, y también publicamos textos de Jack London, Mijaíl Sholojov, Maxim Gorki y César Vallejo.

Como decíamos, habéis dedicado buena parte de vuestros esfuerzos a la traducción de autores como Iliénkov. ¿Cómo lo descubristeis y por qué considerasteis importante su traducción?

Conocimos de la obra de Iliénkov a través de la página Marxists Internet Archive, que era la más conocida en difusión del marxismo en esos años. Nuestro interés era recuperar materiales que nos ayudaran en la lucha de ideas contra la reacción burguesa que estaba en su auge a inicios de este siglo. El compañero que inició su traducción, a partir de la versión en inglés disponible, lo hizo primero porque resultó de su interés personal en sus estudios de psicología, pero cuando nos compartió el material vimos que era una obra de gran envergadura que merecía una mayor difusión. En la compilación Civilización, ciencia y lucha de clases se incluyó un texto de Iliénkov (en esta compilación también están presentes materiales de Mijaíl Lifschitz, Franz Mehring, CLR James, Manuel Agustín Aguirre y András Gedö). Posteriormente apareció Dialéctica de lo abstracto y lo concreto en “El Capital” de Marx, del que solo se publicaron 100 ejemplares, en una edición cuyo impacto inicial fue muy débil y que solo comenzó a tener mayor relevancia a partir de 2010.

Además de Iliénkov, habéis traducido otros autores como Lifschitz, Bosenko, Kopnin, Y. Zhdánov, Kédrov, Jessin, etc. ¿Qué es lo que tienen estos autores en común y por qué habéis decidido traducir algunas de sus obras?

Entre 2008 y 2012, gracias a un compañero que estudió idioma ruso, nos familiarizamos con los debates de la izquierda marxista-leninista en Rusia y Ucrania y encontramos que todos estos autores jugaban un rol activo en el curso de esta discusión (Valeri Bosenko y Yuri Zhdánov fallecieron a finales de la primera década del siglo XXI), no tanto por su presencia personal, pues muchos ya habían fallecido años atrás, sino por la importancia de su legado teórico al momento de resolver el problema de la naturaleza, causas y características de la contrarrevolución en la URSS. Al familiarizarnos más con la vida de estos autores, comprendimos que cada uno de ellos jugó a su modo un rol en la lucha en defensa del proceso revolucionario y advirtieron del peligro que se ocultaba en las tenues y sutiles manifestaciones de esa línea de pensamiento liberal que salió a la superficie en la década de 1960 y entró en acción durante la Perestroika.

Aunque habéis publicado libros de otro tipo de autores, podríamos decir que sois una editorial especializada en autores soviéticos. Decidnos, ¿hasta qué punto es preciso hablar de la existencia de un «marxismo soviético»?

Debido a las particularidades de la difusión y asimilación del marxismo en cada país se han desarrollado ciertas características específicas que en algunos casos responden al avance en la resolución de ciertos problemas teóricos y, en otros, solo representan una rémora de la influencia de ideas de cuño burgués entre algunos pensadores marxistas. En el caso de la Unión Soviética, es posible hablar de forma muy condicional de «marxismo soviético», pero es imposible verlo como un cuerpo monolítico y uniforme, pues las diferencias entre las diversas corrientes y tendencias es significativa. El estudio y análisis de esta herencia ha sido hasta ahora muy pobre y nada satisfactorio.

Buena parte de los textos que traducís tienen como objeto de estudio la «lógica dialéctica». Contadnos un poco más de qué se trata y por qué lo consideráis tan importante.

Ninguno de nosotros somos expertos y no nos consideramos capacitados para tratar el tema en gran profundidad, pero podemos decir lo siguiente: la lógica dialéctica es la lógica tal y como la concebía Lenin como la unidad de dialéctica, lógica y teoría del conocimiento y es, por tanto, la vía de desarrollo del legado de Marx y Engels en su reelaboración crítica de los logros de la filosofía clásica alemana. Si los lectores quieren profundizar más en la cuestión, creemos que esta se encuentra mucho mejor explicada y desplegada en cualquiera de los libros de nuestro catálogo relativos a la filosofía.

Desde el momento en el que nació Para la voz en febrero de 2023, desde Edithor mostrasteis un genuino interés por nuestro proyecto y hemos mantenido estrechas relaciones de amistad y colaboración. ¿Cuál pensáis que debería ser la actitud de proyectos editoriales de tipo militante como los nuestros?

La edición de materiales no debe subordinarse a objetivos comerciales o sumarse a las modas intelectuales, el objetivo es proporcionar insumos para que la clase trabajadora y los militantes puedan resolver las tareas que tienen ante sí, sea en el aspecto de la lucha de ideas o en las cuestiones organizativas. Recientemente publicamos un libro titulado Contribución a la crítica de la “economía solidaria” que se ubica justamente en esa línea, pues en Ecuador y otros países de América Latina esta se presenta como una supuesta vía de transformación del capitalismo. Los teóricos de la reforma burguesa y la izquierda antimarxista activamente propagandizan a la «economía solidaria» como objetivo final del movimiento de masas. Esperamos que este libro sea de utilidad para que los militantes revolucionarios desmonten la argumentación de los vendedores de humo que hoy tanto abundan.

En ese sentido, también creemos importante marcar distancias con los métodos y prácticas del academicismo: aunque los materiales editados y publicados puedan en ciertos casos provenir de instituciones científicas o académicas, la práctica editorial siempre debe tener en claro que el objetivo no es la obtención de títulos, subvenciones o proyectos de investigación, sino aportar a la militancia y al movimiento de masas.

Vuestra editorial tiene un largo recorrido con más de 20 años de existencia y decenas de libros publicados. ¿Creéis que es posible la profesionalización de proyectos militantes como los nuestros, sin que ello suponga una pérdida de independencia o del carácter militante del proyecto? ¿Cómo se pueden conciliar ambas cuestiones?

Depende de qué se entienda por profesionalización. Si se entiende por esta la especialización y rigurosidad de quienes participan, esto es enteramente posible en la medida en que exista convicción, estudio y disciplina por parte de quienes asumen estas tareas, pero si se entiende por profesionalización el que la labor editorial sea un medio de vida que sirva para pagar las cuentas diarias, entonces es algo totalmente distinto. Esto no siempre es posible, para nosotros no lo es, la editorial no tiene ningún empleado o trabajador a tiempo completo porque no es financieramente factible y todos quienes participan tienen un trabajo aparte que les sirve como medio de vida, los ingresos de ventas únicamente sirven para reponer materias primas y equipos de trabajo. Todos somos testigos de editoriales que llegaron a cierto nivel como Akal o Siglo XXI y que inevitablemente se manejan por criterios corporativos empresariales y su lado «militante» está en su vínculo con organizaciones socialdemócratas (lo cual no entra en contradicción con su práctica corporativa). En otros casos, grandes editoriales como Quimantú o Pueblos Unidos lograron mantenerse en su momento como proyectos militantes, pero solo porque estas editoriales eran parte de una organización política y, por lo tanto, se subordinaban a los objetivos partidarios. Si vamos más atrás, el Partido Socialdemócrata Alemán a finales del siglo XIX e inicios del XX tenía periódicos y editoriales propias, pero los funcionarios y empleados de estas estructuras rápidamente degeneraron en un aparato que sometió al partido a sus intereses particulares. Por eso consideramos que existen acciones simplemente inadmisibles, como aceptar financiamiento del Estado o de las llamadas Organizaciones No Gubernamentales (ONG) o subordinar la actividad editorial a consideraciones puramente comerciales.

Queremos, por último, agradecer de nuevo vuestra disposición por participar con nosotros en este Número 2 de Para la voz. Dejamos un último espacio por si queréis añadir algo más:

Solo felicitarlos por la salida de su segundo Número, creemos que proyectos como Para la Voz son muy importantes para la difusión del marxismo y para incentivar el debate en los marcos del marxismo-leninismo en la lucha contra los innumerables órganos de difusión del eclecticismo socialdemócrata que pretende disfrazarse de pensamiento crítico, heterodoxo o que bajo la sofisticada fachada de la «marxología» practica la distorsión del pensamiento de Marx y Engels.