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Explorando el rol de la filosofía en el crecimiento personal según Évald Iliénkov: Una traducción inédita

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FILOSOFÍA

Explorando el rol de la filosofía en el crecimiento personal según Évald Iliénkov: Una traducción inédita

12/05/2023
10 min.

En una carta llena de entusiasmo, Hegel comparte con Schelling sus reflexiones acerca de los avances realizados por Kant y Fichte. Al hacerlo, Hegel recurre a una frase de un general alemán:

¡Dirigíos hacia el sol, amigos, para que madure pronto el bien del género humano! ¿Qué pueden estorbarnos las hojas? ¿Qué las ramas? ¡Abríos paso hacia el sol y, si os cansáis, tanto mejor dormiréis!Hegel, G. (1978). Escritos de juventud. Fondo de Cultura Económica. 61. En el libro Jovencito aprende a pensar (1977) Ilienkov atribuye esta cita a Hegel. Lo cierto, sin embargo, es que esta cita no pertenece a Hegel, sino a un general alemán al que este hace referencia, por lo que Iliénkov parece estar en un error.1

Hegel y Schelling, ambos en los emocionantes primeros pasos de sus carreras se encuentran abrumados por la velocidad con la que se extiende el espíritu de su tiempo.

Espera, ¿Hegel? Sí, el mismo Hegel que una década después de esta frase, a los 37 años, escribiría la inmortal Fenomenología del Espíritu (1807). Ante esto, Iliénkov se pregunta: ¿Acaso «…Hegel tuvo que vivir hasta el anochecer para disfrutar del vuelo de los sabios noctámbulos?»Iliénkov, E. (1977). Jovencito aprende a pensar. Archivo Leyendo a Iliénkov (En ruso). Disponible aquí. 2 o, en términos más simples, ¿hay que ser viejo para meterse en filosofía?, ¿es necesario estudiarla si quiera?

En un libro titulado Jovencito aprende a pensar (1997), Iliénkov parte de este y otros casos para abordar, entre otras cosas, el aprendizaje filosófico, la inteligencia o la psique y argumentar (como es usual en él) en contra de la existencia de habilidades innatas. En este artículo daré un par de pinceladas acerca de las ideas que se reflejan en esta obra. Responderé rápidamente a preguntas muy profundas a fin de trazar un plano general y lo haré a modo de presentación de una traducción del ruso propia e inédita de un peculiar texto salido de su voz, pero no de su pluma: una lista de libros para la autoeducación filosófica que dictó a uno de sus alumnos en clase. Inédita por poco tiempo, por cierto, pero eso ya lo veremos más adelante.

Volvamos al asunto que nos concierne, ¿qué relación hay entre la filosofía y el paso de la infancia a la vida adulta? Durante la adolescencia cada vivencia se experimenta normalmente con una intensidad abrumadora, los proyectos parecen limitados únicamente por unas pocas condiciones externas y las ideas más inalcanzables se persiguen hasta sus últimas consecuencias, sean positivas, negativas o de cualquier índole. Uno se siente en su mundo, un mundo que, sea de ensueño o de pesadilla, le pertenece. Sin embargo, esta situación lleva consigo la sombra de una muerte anunciada.

Más temprano que tarde, cada uno de nosotros debe enfrentarse a obstáculos aparentemente insuperables, ya sea la pérdida de un ser querido, un efímero amor de verano, o las horas insufribles de un trabajo prematuro. El impacto emocional de tales eventos depende generalmente de una relación entre la vivencia personal de cada uno con los eventos en sí, y no solo de la magnitud del evento. Al fin y al cabo, lo esencial es la conexión entre la historia de la persona, ella misma, su contexto y el suceso que atraviesa.

Con el tiempo, las heridas suelen acabar sanando, aunque para muchos esto quizás no sea así; es posible que la herida se infecte y se haga más profunda. En cualquier caso, uno podría preguntarse, ¿qué relación tiene esto con la filosofía?

Pues bien, los corazones heridos suelen buscar consuelo en todo aquello que pueden encontrar a mano para calmar su dolor, y todos, sin excepción, sufrimos. Existen numerosas filosofías superficiales (envenenadas, diría yo) que saben detectar el dolor y exprimirlo hasta su última gota. Basta con acercarse a la librería más cercana y observar cómo se adquieren libros sobre la filosofía de la felicidad, hacerse rico o ser tú mismo… Schopenhauers contemporáneos.

La fe en cualquier dios, la astrología y los eneatipos, o una mentalidad de tiburón, todas filosofías que buscan apelar al rincón más profundo del espíritu humano, con un resultado nefasto. Filosofías no solo vacías, sino también repletas de espinas, piel y sangre. Lamentablemente, estos enfoques no ofrecen soluciones reales porque, sencillamente, no existen, al menos no en el sentido en el que las plantean, a saber, como un catálogo de reglas mecánicas que aplicar aquí o allí indistintamente. Estas situaciones no son siempre tan evidentes, nuestra forma de actuar en el mundo implica una serie de presupuestos sobre el mundo, lo sepamos o no; si no, sencillamente no podríamos participar del mundo.

La única manera de hacer frente a tales ataques es ser consciente de la propia filosofía y luchar por aclararla, perfeccionarla, ser coherente con ella. El único escudo contra una filosofía envenenada es un contraataque bien planificado y consciente. Es sencillo: si no lo escoges tú, otro lo escogerá por ti.

Pero no nos confundamos, no estoy hablando aquí de que para hacer frente al dolor uno tenga que estudiar a Aristóteles. Personas muy conocedoras de las obras clásicas pueden no haber desarrollado las herramientas que en estas obras se reflejan, de igual modo que personas sin acceso o interés por estos recursos, pueden también encontrar el camino para hacer frente a estos problemas, ¿se trata de una cuestión de inteligencia?

Pues sí, pero no de algo así como una inteligencia interna, pregrabada en los genes, sino la sabiduría en términos del propio Iliénkov, es decir, «la habilidad de utilizar adecuadamente el conocimiento, la capacidad de relacionar estos conocimientos con hechos y eventos de la vida real, la realidad objetiva, y lo más importante, obtener estos conocimientos de forma independiente y enriquecerlos», y sigue, «así es como desde tiempos inmemoriales, cualquier filosofía verdaderamente inteligente define el “intelecto”».Ibid.3

Es un hecho que un sector comprometido de la investigación filosófica ha estado estudiando el problema de la mente, el pensamiento y la «razón» durante más de dos milenios. Este conocimiento filosófico descansa sobre la sólida base de más de dos mil años de «educación del pensamiento» y resume los gravísimos resultados de esta práctica. Esta es la razón por la que, de igual manera que se utilizan las herramientas acumuladas de la alimentación, el deporte y el descanso para tratar de mantener una buena salud, también la iluminación del espíritu humano (del latin, soplo, aire finísimo, aliento, es decir, del camino a su realización como ser humano) tiene a su disposición las herramientas filosóficas que se han acumulado durante milenios, todas ellas más o menos disponibles.

Y sí, una persona puede, por su propio pie, sin recurrir a estos libros, participar del mundo y aprender a ser consciente de los principios que rigen su comportamiento. Sin embargo, al atravesar las páginas de Kant o de Platón, uno puede relativizar y poner en su sitio algunos asuntos y acercarse al conocimiento de dichos principios desde una base más sólida. Es más, este conocimiento caerá en saco roto si la persona que lo adquiere pasa su vida encerrada precisamente con esos autores, sin participar de la actividad humana general.

Ciertamente, existen objeciones a esta postura, y he tratado muchos temas quizás demasiado superficialmente. Iliénkov aborda el tema de manera especialmente polémica en artículos como Psique y Cerebro, Jovencito aprende a pensar o el manuscrito titulado Psicología. Sin embargo, hoy no profundizaré en estas ideas por dos motivos.

La primera razón es que merece la pena acercarse a estos textos, breves, controvertidos, pero siempre iluminadores. En mi experiencia personal, encontrar el texto del que hoy doy aquí algunas ideas, Jovencito Aprende a Pensar, supuso un antes y un después en mi relación con la filosofía. A pesar de que, de nuevo, uno pueda tener muchos peros, muchas querellas internas, Iliénkov apunta a una cuestión esencial: Cualquier persona puede tratar de esquivar durante toda su vida la posibilidad de pensar, por eso, hacerse cargo de entender el propio pensamiento y tomar una postura ante él, es un paso clave en la formación de la personalidad. Esto en todas sus formas; ya bien sea tomando un lápiz y un papel, dedicando cierto tiempo a pensar en algunas cuestiones de forma medianamente sistemática, debatiendo, o acudiendo a los libros de filosofía. La ventaja de este último camino es que es, en muchas ocasiones, más rápido, directo e informado.

La segunda razón es que pronto muchas de estas pequeñas obras, todavía inéditas en castellano, verán la luz en el laborioso primer tomo de las obras seleccionadas de Iliénkov próximamente publicado por Ediciones Edithor. Son ya más de dos años invertidos en este proyecto que, en principio, verá la luz a finales de este año. Si el trabajo ha llevado tiempo es precisamente porque tras estas traducciones hay un profundo y extenso debate de distintos traductores, editores, correctores, todos dedicándole el esfuerzo y la energía necesarios para garantizar la calidad de cada uno de los textos (por supuesto, siempre abiertos a la revisión). Creo que merecerá la pena esperar a ver los textos de esta compilación para acercaros a las ideas de Iliénkov al mismo tiempo que seguimos su consejo, aprendemos a pensar.

La breve traducción que presento a continuación tiene el valor de ser un texto muy personal y poco conocido (el primero que me atreví a traducir, incluido en los tomos, con las correcciones correspondientes) acerca de las ideas de Iliénkov. En él se puede leer una lista de autores tomada del puño y letra de uno de los alumnos de Iliénkov. La historia de la filosofía siempre ha contado con un papel fundamental de forma explícita en su pensamiento, y acercarnos a los libros de esta lista es, por una parte, un camino al pensamiento de Iliénkov y, por otra, un camino al pensamiento en general.

Lista literatura para la autoeducación filosófica, dictada por E. V. Ilyenkov a uno de sus estudiantes, N. B. Shulevsky

Iliénkov, E. (1997) «Lista literatura para la autoeducación filosófica, dictada por E. V. Ilénkov a uno de sus estudiantes, N. B. Shulevsky». En, El Drama De la Filosofía Soviética. Moscú: IFRAN. p. 237..4

1. Platón. Lee y lee con un lápiz todo, todoSubrayado en el original5

2. Aristóteles. Sobre el alma, Metafísica, Física, Categorías, Analíticos, Ética a Nicómaco.

3. Marco Aurelio. Meditaciones .

4. Descartes. Reglas para la dirección del espíritu, Discurso sobre método, Meditaciones metafísicas .

5. Spinoza. Ética, Tratado de la reforma del entendimiento .

6. Locke. Ensayos sobre el entendimiento humano.

7. Leibniz. Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano, Monadología.

8. Diderot. Carta sobre los ciegos para uso de los que ven, La paradoja del comediante.

9. Helvetius. Del espíritu.

10. Kant. Crítica de la razón pura, Crítica de la razón práctica , Crítica del juicio. (Explora todas las obras de Kant).

11. Fichte. Fundamento de Toda Doctrina de la Ciencia doctrina de la ciencia. (Es mejor estudiar todos los trabajos).

12. Schelling. Cartas filosóficas sobre dogmatismo y criticismo, Sistema del idealismo trascendental.

13. Hegel. Estética, Pequeña Lógica, Historia de la filosofía, Ciencia de la lógica. (Para profundizar, estudia todo lo escrito por Hegel).

14. Feuerbach. La filosofía del futuro.

15. Karl Marx. Manuscritos económicos y filosóficos de 1844, Manuscritos económicos de 1857-58 (Grundrisse), El Capital .

16. V. I. Lenin . Cuadernos filosóficos, Materialismo y empiriocriticismo.

17. I. Ilyin . Filosofía de Hegel en la doctrina de la especificidad de Dios y del hombre

Solo cuando aprendamos a mirar el mundo, a nosotros mismos y al pensamiento a través de los ojos de los principales sistemas filosóficos que conforman el alfabeto de la razón, podremos leer y estudiar cualquier enseñanza o libro sin preocuparnos por nuestra salud espiritual.

Notas:

  1. Hegel, G. (1978). Escritos de juventud. Fondo de Cultura Económica. 61. En el libro Jovencito aprende a pensar (1977) Ilienkov atribuye esta cita a Hegel. Lo cierto, sin embargo, es que esta cita no pertenece a Hegel, sino a un general alemán al que este hace referencia, por lo que Iliénkov parece estar en un error.
  2. Iliénkov, E. (1977). Jovencito aprende a pensar. Archivo Leyendo a Iliénkov (En ruso). Disponible aquí.
  3. Ibid.
  4. Iliénkov, E. (1997) «Lista literatura para la autoeducación filosófica, dictada por E. V. Ilénkov a uno de sus estudiantes, N. B. Shulevsky». En, El Drama De la Filosofía Soviética. Moscú: IFRAN. p. 237.
  5. Subrayado en el original